lunes, 18 de abril de 2011

DIAGUITAS

Ubicación geográfica.
Habitaban los cerros y valles del noroeste de Argentina (NAO), en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Norte de San Juan, extremo noroeste de Córdoba (Argentina) y el Nore Chico de Chile, en los valles transversales de las regiones de Atacama y Coquimbo teniendo al oeste de los Andes como límite aproximado el río Choapa.


Vestimenta.
Del tipo de vestimenta que usaban los diaguitas,
se sabe que utilizaron el algodón y la lana de llama.
Restos arqueológicos han podido determinar que utilizaban
 collares y adornos de piedra de malaquita y de conchas.

Desarrollo tecnológico:
Los cultivos eran posibles gracias al alto desarrollo tecnológico que poseían  para la irritación de la tierra mediante acequias y canales artificiales.Practicaban la pintura, las danzas y la música. Sus instrumentos más conocidos fueron la corneta, el tambor y la flauta.Eran excelentes agricultores, sembraban con un palo de regular grosor que utilizaban para preparar la tierra donde depositaban las semillas. Cultivaban el maíz, la quínoa, la papa, el zapallo y los porotos. Además recolectaban frutos silvestres como algarroba, que almacenaban en contenedores construidos debajo de la tierra, y con la que elaboraban bebidas alcohólicas: aloja y chica, y una pasta seca o pan llamado : patay. Practicaban la caza y criaban llamas, de las cuales aprovechaban su lana, carne, cuero, leche; también les servían de transporte.

Arquitectura.
En las ciudades y poblados diaguitas y calchaquíes destacaban edificios particulares y públicos, estos últimos de carácter militar o religioso y otros, más rudimentarios, que
sirvieron de silos, almacenes y corrales. Esas poblaciones, que en tiempos de la conquista fueron llamados “pueblos viejos”, estuvieron situados generalmente, al pie de los cerros, no así sus fortalezas, los “pucarás”, que fueron edificadas en la parte alta. Hacia ellos se dirigían que los habitantes de las primeras en tiempos de guerra ya que disponían de murallas y defensas adecuadas.


Escritura.
Lengua de las comunidades Diaguitas que habitaron el Noroeste argentino y el Norte Chico chileno. Algunas fuentes la mencionan como caca, kaka y chaka. También se han empleado las denominaciones caca-diaguita, o lengua calchaquí. Es una lengua extinta e inclasificada. A partir del ingreso del Inca Tupac Yupanqui hacia el año 1480 la influencia de las lenguas quechua y aymara se hizo cada vez más importante. Los españoles promovieron en un principio el uso del quechua como lengua general entre los grupos amerindios y en una segunda etapa la expansión del español, que terminó extinguiendo el kakán. Los misioneros españoles Alonso de Barzana y Pedro Añasco escribieron a mediados del siglo XVI, preceptos gramaticales, vocabularios y textos doctrinarios. Barzana expresaba que "es una lengua tan gutural que parece no se instituyó para salir de los labios". Otro sacerdote, Hernando de Torreblanca, hacia 1639, se esforzó por descifrar esta lengua, postuló la existencia varios dialectos que diferían principalmente en aspectos fónicos.

Producción literaria.

Las narraciones de las culturas diaguitas fueron transmitas de generación en generación, en forma oral,  tardaron muchos siglos en asentarse por escrito. Se conocen varias leyendas y poemas producidas por estos pueblos como el Poema de Gilgamesh y las leyendas de Chaya y Pujillay y de Los Pétalos de la Rodocrosia

El Poema de Gilgamesh:
Se considera como la obra literaria-religiosa más importante de la literatura acadia y la primera de las grandes epopeyas literarias de la humanidad. Se emplearon tablillas de arcilla y escritura cuneiforme lo cual favoreció su preservación.  La versión más completa preservada hasta la actualidad consta de doce tablillas. El poema plantea los grandes interrogantes humanos: el significado de la vida, la angustia ante la muerte y la búsqueda de la inmortalidad.
El poema trata sobre las aventuras del rey Gilgamesh, también conocido como Istubar, y su amigo Enkidu. Una de las tablillas relata un episodio muy parecido al de la Biblia sobre el diluvio. Las aventuras para matar al gigante Humbaba, el descenso a los infiernos y la relación entre dioses, semidioses (como el propio Gilgamesh) y mortales le dan un claro origen prehelenístico. El núcleo sentimental se encuentra en el duelo tras la muerte de Enkidu. Los críticos consideran que es la primera obra literaria que hace énfasis en la mortalidad e inmortalidad.

Leyenda de Chaya y Pujillay.

Cuenta la leyenda que Chaya era una muy bella jovencita india, que se enamoró perdidamente del Príncipe de la tribu: Pujllay, un joven alegre, pícaro y mujeriego que ignoró los requerimientos amorosos de la hermosa indiecita. Fue así como aquella, al no ser debidamente correspondida, se interno las montañas a llorar sus penas y desventuras amorosas, fue tan alto a llorar que se convirtió en nube. Desde entonces, solo retornar anualmente, hacia el mediado del verano, del brazo de la Diosa Luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia. En tanto Pujllay sabiéndose culpable de la desaparición de la joven india, sintió remordimiento y procedió a buscarla por toda la montaña infructuosamente. Tiempo después, enterado el joven del regreso de la joven a la tribu con la luna de febrero, volvió el también al lugar para continuar la búsqueda pero fue inútil. Allí, la gente que festejaba la anhelada cosecha, lo recibía con muecas de alegría; el por su parte, entre la algarabía de los circundantes, prosiguió la búsqueda con profunda desesperación, aunque el resultado totalmente negativo. Por ello, derrotado, termino ahogando en dicha soledad, hasta que luego, ya muy ebrio, lo sorprendió la muerte.

Leyenda Los Pétalos de la Rodocrosia.

Tras largos días y noches de andar, el Chasqui alcanzó el último tramo del camino que conducía a la morada del Rey Inca. Llevaba una singular ofrenda destinada al gobernante: tres gotas de sangre petrificadas, el precioso hallazgo fue recibido con mucha emotividad.
En el Lago Titicaca, en tiempos pasados, se había construido el templo de las Acllas: las vírgenes sacerdotisas del Inti. En ese sitio se encontraban anualmente el sol y la luna para fecundar los sembrados y asistir a la sagrada elección de quien heredaría la responsabilidad de perpetuar la sangre inca. Un día el invencible guerrero Tupac Canqui se atrevió a ingresar al sagrado templo, desafiando la tradición incaica. Desde el momento en que descubrió a la bella Ñusta Aclla, nació su amor por ella. La sacerdotisa lo correspondió, consciente de ignorar las restricciones del Tawantinsuyo para las elegidas. Juntos, escaparon hacia el sur, buscando proteger el vientre de la Aclla lleno de vida. El poder imperial bramó y destinó infortunados grupos armados a castigar a los culpables de la transgresión. Tupac Canquí y la Ñusta Aclla se instalaron cerca del salar de Pipando, donde tuvieron muchos hijos descendientes de los Aymarás, que fundaron el pueblo Diaguita.
Sin embargo, jamás lograron deshacerse del hechizo de los Shamanes incas. Ella falleció y su cuerpo fue sepultado en la alta cumbre de la montaña, él murió poco tiempo después, ahogado en su triste soledad. Una tarde, el Chasqui Andalgalá descubrió la tumba de la Ñusta Aclla impresionado por ver cómo florecía, en pétalos de sangre, la piedra que la cubría. Rápidamente salió del estupor y arrancó una de las rosas para ofrendar al Rey Inca. El jefe del imperio, aceptando con emoción la Flor de la Rodocrosita, perdonó a aquellos antiguos amantes furtivos. En adelante, las princesas de Tiahuanaco lucieron con orgullo trozos de la piedra rosa del inca, símbolo de paz, perdón y amor profundo. 

7 comentarios:

  1. buen articulo. felicitaciones

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  2. Un muy buen aporte, el libro fotografiado al fina existe escaneado?? parece ser un material muy interesante y preservable!.. si fuera así agradecería lo mostraran.. saludos!

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  3. Hola, muy buena información,...me ha quedado una duda, si los diaguitas son los mismos que calhaquis, gracias!!!

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